INICIATIVA
SOLINAR:
Nuestro grupo se formo a través
de una ONG, llamada Jóvenes y Desarrollo, ellos vinieron a nuestro instituto a
hacer una obra de teatro. Al acabar, Mónica, la representante de aulas en
acción, nos pregunto que quien de nosotros querría cambiar el mundo. Un grupo
de alumnos levanto la mano. Ahí empezó todo, la gente que levanto la mano,
somos los que actualmente formamos el grupo. Decidimos quedar una vez cada 15
días después de terminar el instituto. Nos reuniríamos para presentar nuestras ideas, el nombre que queríamos poner al
grupo, el proyecto en el queríamos volcarnos... Decidimos, que nuestro grupo se
llamar Solinar porque queríamos unir el nombre de nuestro instituto, Augusto
González de Linares, con el nombre de solidario o solidaridad.
Una vez decidido el nombre,
empezamos a pensar en la iniciativa que queríamos realizar, una en que podíamos
ayudar al mundo actual. Por tanto, buscamos una parte de la sociedad que
estuviese marginada, discriminada o que no se les tomase muy en cuenta.
Al principio pensamos en varios
temas: discriminación por enfermedades poco conocidas, niños sin infancia, la
parte de la sociedad desfavorecida (los sin techo)… De los cuales elegimos
niños sin infancia, aunque luego la tuvimos que abandonar. Intentamos contactar
con un hospital, para ir a hacer una obra de teatro, pero a pesar de que les
gustaba nuestro proyecto nos dijeron que lo tendríamos que haber presentado en
septiembre del 2011, para poder haberlo expuesto en la junta, comunicarlo a los
padres de los niños, aprobarlo… etc.
Entonces la idea de los niños sin
infancia en hospitales lo fue abandonarla por completo, pero pensamos en la
posibilidad de seguir en el proyecto de niños sin infancia, pero esta vez en
orfanatos. Antes de contactar con ninguno, nos dimos cuenta de que los niños
que viven allí, intentan llevar una vida normal, y que el orfanato para ellos
es su casa. Y no sería justo que fuésemos allí y diésemos a entender que por
carecer de padres biológicos o alguna circunstancia familiar difícil carezcan
de una infancia igual que la nuestra.
Finalmente decidimos tachar esta
idea, y volcarnos en una iniciativa orientada hacia personas con una discapacidad, porque pensamos que este
proyecto podría durar a la larga. Ya que
siempre va a hacer falta gente que los ayude, ya que en mayor o menor
grado, todos necesitan una atención. Nos
quisimos volcar directamente en el Síndrome de Down, una discapacidad bastante
conocida. El síndrome de Down es un trastorno genético causado por la presencia de
una copia extra del cromosoma 21, en vez de los dos habituales (trisomía del par 21), caracterizado
por la presencia de un grado variable de discapacidad cognitiva y unos rasgos físicos peculiares que le dan un aspecto reconocible. Una
vez decidido el tema, empezamos a buscar una asociación en la que poder ayudar
como voluntarios, de primeras pensamos en AMPROS y Down Cantabria, pero al fin
nos decantamos por Down Cantabria. La asociación estuvo encantada con nuestra
iniciativa y nuestro proyecto, y nos invitaron a ir a conocer como trabajaban,
en que espacios, de qué forma, que voluntariado tenían… etc.
El primer día que llegamos allí, nos recibió la
directora de la asociación, María Victoria. Nos estuvo contando un poco de la
forma en la que trabajaban con los chicos de síndrome de Down, nos enseño las
instalaciones y nos explico a fondo en qué consistía esa discapacidad. La
hicimos preguntas como, que era lo que motivaba a los profesionales a estar
allí, nos conto que la gente que solía trabajar allí, era porque había tenido
alguna experiencia cercana con una persona de síndrome de Down o por que lo
había vivido en primera persona, como ella, que una de sus hijas tiene esta
discapacidad. Otra fue si los monitores se debían de formar de alguna manera
concreta para tratar con ellos, y nos dijo que sí, que había que hacer un ciclo
formativo, y que actualmente tenían 2 chicos de prácticas trabajando con ellos.
Otra de las preguntas que hicimos fue que si a la hora de tratar con una
persona de síndrome de Down había que tratarlos de alguna forma en particular,
a lo que nos respondió que no, que hay que comportarse natural. Nos conto que
desde que los chicos nacen están en contacto con las familias, para ayudarles.
En la asociación, los chicos mayores de 18 años se empiezan a preparar para
trabajar, y algunos de ellos ya tienen trabajo.
Después de ese día en la asociación nos invitaron otro día para ir a
trabajar con los chicos, ya que la explicamos los planes que teníamos, de ir a
bailar con ellos, hacerles talleres…
Al llegar por segunda vez a la asociación, nos pusimos
en contacto con los chicos de síndrome de Down, muchas de nosotras por primera
vez, ya que casi ninguna había tenido la posibilidad de tratar con una persona
discapacitada. Fue una buena experiencia, en aquella visita aprendimos muchas
cosas, como por ejemplo, que es mucho más fácil de lo que pensábamos tratar con
ellos, también aprendimos que el síndrome de Down puede tener diversos grados.
En esa tarde nos estuvieron contando cómo trabajan y
los talleres que hacían, por ejemplo: juegan al futbol, hacen natación, taller
de cocina, de baile, de teatro… También hacen muchas excursiones, y se
presentan a campeonatos. Ellos nos hicieron un baile que habían aprendido con
una de sus profesoras, y luego nos contaron cómo era para ellos tener síndrome
de Down. Nos dijeron que ellos eran conscientes de su discapacidad, y nos
contaron un poco en donde habían estudiado, y lo que les gusta hacer, una de
las cosas que más les gustaba era bailar. Por lo que les dijimos que íbamos a
volver otro día a bailar con ellos y a hacerles una obra de teatro.
A la semana siguiente el grupo Solinar se reunió, y nos
repartimos el trabajo, unos se encargarían de buscar una caja para el
teatrillo, otros de pintarlo, otros de hacer las marionetas, otros de escribir
la obra… etc. Fuimos a buscar una caja
grande, la pintamos con espráis, la recortamos, la adornamos…; mientras otras
escribían la obra, se encargaban de hacer las marionetas, de buscar una música
de fondo… etc. Decidimos elegir la obra del Soldadito de Plomo, por que a uno
de los soldaditos le falta una pierna, y sus compañeros le marginan por ser
diferente. Pero al final de la obra, se dan cuenta de que le tienen que aceptar
tal como es, ya que no está bien discriminar a nadie. Con esta obra queríamos
enseñar a la gente, que no hay que discriminar a nadie por ser distinto, ya que
nadie es perfecto, y que hay que aceptar a todo el mundo tal y como es, por que
todos somos diferentes. Al principio el trabajo nos pareció fácil, pero se nos
termino echando el tiempo encima, pero aun así, conseguimos tener todo acabado
para el día que nos reuníamos de nuevo en Down Cantabria.
Mónica y Silvia, la profesora de Lengua y Literatura de
nuestro instituto, que nos apoya, ayuda y acompaña nos propusieron ir a contar
al profesorado de nuestro centro, en una de las juntas de evaluación el trabajo
que estábamos haciendo, nuestra experiencia con la asociación, y con los
chicos. Les contamos la experiencia que había sido ir, lo que habíamos
aprendido allí, de la forma en la que trabajábamos, porque nos llamábamos así,
como se había formado el grupo…etc. Al final les pusimos uno de los videos de
los chicos de síndrome de Down bailando. A todos los profesores les pareció que
estábamos haciendo un buen trabajo.
Desde que tuvimos claro en el proyecto en el que
queríamos trabajar, empezamos a pensar en un acto de calle. Empezamos a
planificar como iba a ser, hicimos un folleto en el que explicaba brevemente lo
que era el síndrome de Down, que es lo que estábamos haciendo… Hicimos unos
carteles en los que ponía “Regalo abrazos”
y cuando nos abrazasen diríamos, abraza nuestra causa, y les
explicaríamos un poco en qué consiste lo que estamos haciendo. Queríamos
concienciar un poco a la gente de que trataba esta discapacidad, pero por
problemas meteorológicos no pudimos hacer el acto de sensibilización en la
calle. Así que hemos pensamos en realizarlo en el instituto.
El día 30 de abril, el grupo de Solinar, junto a otros
centros de Cantabria, nos reunimos en la Porticada, para repartir La Cara
Oculta, una revista en la que explica el voluntariado, entrevistas a nivel
internacional de jóvenes… etc. Fue una experiencia muy enriquecedora para todos
nosotros, aunque nos cansamos de escuchar que la mayoría de la gente opinaba que
el futuro estaba muy negro, que lo veían muy mal… pero una pequeña parte de la
gente se sintió orgullosa de que quedasen jóvenes como nosotros, con ganas de
cambiar el mundo. Ya que la mayor parte de la sociedad relaciona jóvenes con
vandalismo, botellón… pero no se paran a ver que aunque sea en menos porcentaje
también hay jóvenes solidarios, con ganas de ayudar a los demás.
El ultimo día que hemos estado en Down Cantabria,
estuvimos bailando con ellos, primero les hicimos un baile, y luego se lo
enseñamos para que lo hiciesen con nosotras. Luego ellos nos enseñaron el suyo,
y también le bailamos todos juntos. Al final, les hicimos la obra de teatro, la
cual les gusto mucho. Luego estuvieron ellos leyendo la obra y moviendo las
marionetas. Nos lo pasamos todos muy bien.
Ahora nuestra idea es hacer la obra de teatro en el
instituto, y que uno de los chicos de síndrome de Down nos ayude a mover las
marionetas. Y al acabar la obra que salga de detrás de la caja, y que nuestros
compañeros se den cuenta que con mayor o menor esfuerzo podemos llegar a lograr
todos lo mismo. En un principio la realizaremos el 8 deJunio.
Durante el mes de Junio programaremos alguna actividad
para realizar con ellos y volveremos a ir a Down Cantabria, también tenemos la
intención de ir a verles a una obra de teatro que van a hacer.
La última semana de mayo vamos a ir a repartir folletos
de concienciación y sensibilización a nuestros compañeros de instituto, sobre
el síndrome de Down.
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